En una ciudad olvidada,
Cubierta de ceniza,
Estaba buscando por lo que había perdido.
Aún si tu deseaste con tu vocecilla,
Con aquellos ojos rojos,
Estaba cubriéndome mis oídos.
En lugar de extender nuestras manos,
¡Solo ocultémonos!
¡Apuntemos hacia el cielo fracturado y sonriamos con nuestros ojos abiertos como niños!
Cubrámonos en la luz que llega a la cima a través de los pliegues de la noche y durmamos justo aquí donde yacemos –
Sin ser descubiertos por nadie.
En medio de estos interminables y tenues días
Estoy consciente de una injusticia infiltrándose.
Somos tomados prisioneros aquí por nada más,
Que la profundidad del recuerdo de nosotros yaciendo juntos,
Extendiendo nuestras raíces hacia el exterior mientras continuamos viviendo.
Si nuestras manos fuesen a superponerse,
¿Cambiaría algo?
Más allá del cielo fracturado están un par de grandes ojos fijos sobre nosotros;
En esta tierra donde el mañana nunca llega, buscamos por una única luz.
En medio de noches estridentes,
El dolor continúa:
Una seca inquietud.
Tengo mis ojos abatidos,
Peo tus palabras puras,
Sacuden mi corazón;
Como si lavando todo,
Ellas derritiesen mi corazón congelado.
¡Apuntemos hacia el cielo fracturado y sonriamos con nuestros ojos abiertos como niños!
Cubrámonos en la luz que llega a la cima a través de los pliegues de la noche y durmamos justo aquí donde yacemos –
Sin ser descubiertos por nadie.
Solo nosotros dos juntos…