Bañada en el rojo del sol,
¿En qué estabas pensando?
Colmaste tus párpados de lágrimas,
E intentaste hacer como si nada, diciendo, “Qué bonito es”.
Sin dudar,
Siempre creí que estos días,
Continuarían y continuarían…
El cielo que contemplamos,
Nos observa desde lejos, muy lejos –
Meramente en silencio, sin cambio.
Ambas perdidas, nos cogemos las manos,
Y ya no estamos solas.
Mirando la orilla opuesta a este mundo que termina,
Podemos ver nuestro amanecer en el horizonte,
Podemos verlo…
Un viento calmado te llevará consigo,
Suspiros y todo.
Conque, por favor, no pongas esa cara –
Tenemos los ojos fijos adelante, tal como deberíamos.
¿Todo esto estaba decidido,
Antes incluso de que naciéramos? ¿A quién conocemos y quiénes perdemos?
Aún dudo sobre adónde me dirijo…
Desde ese día en el que me abrazaste,
En medio de las noches que nuestros corazones aún estaban secos,
Estábamos estrechamente conectadas.
En un mundo sin forma,
Nos aferrábamos a la tenue luz de las estrellas.
Pero este mar durmiente,
Es iluminado por un latido insistente.
Aunque el futuro algún día se escondiera,
Alto, arriba entre las nubes,
Sabremos que este momento no fue una mentira.
Nos estrechamos con fuerza,
Para mantener nuestras espaldas cálidas, presionadas la una contra la otra.
Hasta gritaré tu nombre,
¡Una y otra vez!
El cielo que contemplamos,
Nos observa desde lejos, muy lejos –
Meramente en silencio, sin cambio.
Ambas perdidas, nos cogemos las manos,
¡No nos asusta el futuro!
Mirando la orilla opuesta a este mundo que termina,
Podemos ver el amanecer que deseamos –
Podemos ver el amanecer,
Así que esboza una sonrisa…