Los instintos no pueden resistirse. El talento nunca desaparece.
Sé qué quieres tener realmente.
¡Oh no!
¡No te gusta no conseguir lo que quieres!
El destino no puede evitarse. La voluntad del Cielo está más allá de percepción alguna.
Creas tu mundo ideal.
No puedo detenerme –
He llegado a conocer la comodidad y alegría de ser amada…
El deseo yace al lado de la desesperación, escondiendo un grito bajo frases meladas,
Así ráete, despójate, pierde algo – vuélvete aún más confuso,
¡Dame un bis!
Luchando sola, pero no aislada –
Soy consciente de que este cuerpo duele,
Por algo mucho más cierto que cualquier deseo:
Tú.
Déjame sola, pero proporcióname amor –
Estos dedos rozando esa soledad desbordante,
Hacen que me dé cuenta de lo que de aquí estaba esperando,
Y de lo que me es más preciado.
¿Quién es tu enemigo?
¿Quién está a tu lado?
¿Qué es lo que quieres realmente salvar?
Ama a tus enemigos, y
Ámate a ti mismo.
Escucha a las chicas gritando.
Mis emociones no se desvanecerán;
Cogiendo aire en un recuerdo nostálgico, estoy lamentando mis remordimientos henchidos.
Hecha impura, escupiendo y esputando, resistiendo –
Quiero dejar que acabe mi turno, pero no puedo.
Luchando sola, pero no aislada.
Si coreo las verdades que no quiero pronunciar, ¡surgen sin ningún esfuerzo!
Esa calidez es algo que no tiene sustituto:
Tú.
Déjame sola, pero proporcióname amor –
Mi corazón roto y mis lágrimas desmigajadas,
Hacen que me dé cuenta de lo que de aquí estaba esperando;
Con tal de no volver a perder esas cosas jamás, quiero no soltar nunca –
¡Quiero retener la verdad bien cerca!