Si lo pienso, fui tan torpe,
di rodeos, no pude evitarlo,
y hasta de la soledad hice un arma,
un calabozo donde buscar respuestas sencillas.
Aunque dejemos la corrección, la bondad,
quiero ser tu único aliado.
Nombrarte
es más difícil que cualquier tipo de magia.
Te tuve tan cerca
y recién ahora me he dado cuenta de que te amo.
Si hubiéramos podido usar
la telepatía que conecta los corazones,
seguro que el teléfono de lata que nos conecta a los dos
ni hubiera vibrado.
Cuando la tristeza perdura,
es mejor que la historia sea más larga de lo previsto.
Aunque haya sido oportunista, inconstante,
encontremos nuestro final feliz.
Aunque el límite entre ti y este universo se difumine y se deforme,
me guiará cada trazo del pincel y su sonido.
Y, sin duda, te encontraré.
En el pequeño espacio entre la eternidad y un parpadeo,
cantemos una canción que nunca termine.
Nombrarte
es más difícil que cualquier tipo de magia.
Te tuve tan cerca
y recién ahora me he dado cuenta de que te amo.
Para nombrarte nací,
estoy seguro.
Libérate de la noche apresadora.
Voy a tu encuentro, ahora mismo.