Las almas que hemos conocido, cada una de ellas,
Seguramente no las confundiremos –
Todas abrazando el mismo sueño.
Avanzando a través de este páramo,
Manteniendo aspiraciones deterioradas,
Pensamos en aquellos de los que nos hemos separado.
Sonrisas, así como también las lágrimas,
No pueden ser desechadas aquí, si deseamos avanzar.
Aceptando las sombras, blanca y alta,
Vuela nuestra bandera sin nombre.
En el extremo lejano de esta senda interminable,
Existe una sola luz…
…para cientos de almas.
Creyendo en el cielo al que miramos,
Señalamos nuestra estrella guía,
Alto en el cielo del Este –
Podemos hacer nuestros sueños realidad con nuestras propias manos.
Tomado con los dedos que no pudieron sujetar sus manos,
Sostuve en lo alto un mapa aparentemente inocente,
Dando la espalda al frio viento de invierno.
No dirigimos hacia el mañana donde encontraremos cosas que no podemos dejar,
No importa cuán deslustrados nos volvamos:
Una tierra hundiéndose en la oscuridad.
Para que así no pierda el camino,
Dentro de esta noche reservada,
De tu pequeño suspiro que pensé que caería a su muerte,
Lo grabaré en mi pecho y me mantendré avanzando.
Así que puedo estar seguro que tu sonrisa continuará brillando,
Más allá de esta aún interminable era.
Yo creo,
Que emociones infinitas nos acercarán más,
Y eventualmente nos unirán:
A un cielo que alguna vez soñaste.
Sujetado con dedos retorcidos,
Sostuve en lo alto un anhelo deteriorado-
¡Puedo continuar avanzando!
Más allá de este camino interminable,
Está una sola luz,
De cientos de corazones.
El cielo al que miramos es tan azul como puede ser,
Y continúa,
Más allá de nuestra línea de llamadas.
Tal como la hierba fresca brotará,
En esta tierra todavía quemada,
Yo creí,
Que este resonante canto viajaría lejos.
Con nuestros corazones sin nombre, quietos como lo fueron alguna vez,
Un mundo que brilla sobre ellos,
Comenzará.